Me llamo Carlos y soy padre de una niña la cual no conozco. Llevo más de 4 años sin conocer a mi hija y a pesar de que la prueba biológica de ADN y Sentencia en 1ª Instancia me reconoce como tal, la justicia no me ha legitimado como padre, al no aparecer mi nombre en el registro civil, porque la madre de mi hija no quiso hacerlo, por ello han decidido que mi hija ni yo no podemos crear el derecho a tener un vínculo paterno-filial.
A un mes de nacer mi hija, me tuve que volver a mi ciudad de residencia, puesto que por parte de la madre de mi hija, las provocaciones, amenazas, discusiones y el chantaje emocional iban en aumento y ya eran constantes, sobre todo a partir de que ella dispusiera de mi patrimonio. Nos íbamos a casar y mi expareja y madre de la niña utilizó su cuenta de banco para nuestro proyecto de vida en común. En dicha cuenta ella figuraba como única titular y no me quiso poner a mí como autorizado hasta que viera mi buena voluntad para el proyecto en común. Para que viera mi buena voluntad en dicho proyecto, hice ingresos por un total aproximado de 45.000€ y ella me contrató un seguro de vida, así como otro de decesos. Al final no nos casamos y ella decidió quedarse con todo el dinero, sin devolverme lo que ingresé.
El volver a mi lugar de residencia supuso un castigo de silencio sobre la evolución del embarazo, sólo me aviso para ir a un reconocimiento al que no fui por no poder encontrar alguien que me acompañara, pues no quería estar a solas con ella por miedo a que dijera que la había hecho algo y me interpusiera una denuncia falsa.
Una trabajadora social del CSM Fuencarral, consideró como «Caso de Violencia de Género», el que yo preguntara a mi expareja sobre cómo iba el embarazo o si había nacido nuestra hija u otras preocupaciones que tenía al respecto, dicha trabajadora social incluso habló de «acoso presencial», cuando eso no es cierto, porque yo resido en otra ciudad, de otra Comunidad Autónoma, a unos 100 Kms. Teniendo en cuenta exclusivamente el testimonio de mi expareja, la mencionada trabajadora social aplicó el «protocolo de Violencia de Género» sin ni siquiera conocerme, sin tan siquiera haber hablado conmigo, sin comunicármelo y sin haber sido NUNCA juzgado ni condenado por ningún JUEZ. Debido a ello, el Hospital de la Paz, al cual pertenece la trabajadora social, se negó a darme cualquier tipo de información sobre mi hija.
Yo no supe cuándo había nacido mi hija, mi expareja no me informó y registró a la niña como madre soltera, en un principio dijo que había sido por recomendación médica y en otro proceso cambió de versión al respecto. Al registrar a la niña como madre soltera, alargó el proceso y hasta el día de hoy, etá sin resolver por parte del Tribunal Supremo. Por un lado, su abogada, incumpliendo el código deontológico del Ilustre Colegio Oficial de Abogados, se puso en contacto directamente conmigo en vez de con mi abogado y no contesté a su burofax. Por otro lado, en este proceso, el juzgado no localizó a mi expareja en la primera notificación y más tarde, la sentencia de 1° Instancia tuvo un error de redacción en el que tuvimos que pedir una aclaración. Todo ello para poder estar legitimado como padre.
Después de enterarse que mi madre había solicitado visitas con su nieta, mi expareja me denunció con la excusa de que yo la había coaccionado al pedirle el dinero que era de los dos a través de una empresa externa. De dicha denuncia me enteré cuando mi expareja la presentó en el proceso de régimen de visitas para que mi madre pudiera ver a la niña, pero nunca me ha llegado notificación del juzgado. Dicha denuncia de la presentó en el juzgado para evitar que mi madre pudiera conocer a su nieta.
Al solicitar mi madre el régimen de visitas, la argumentación de la otra parte es que no puede estar a solas con ella o hacerse cargo de la niña por su edad, inventándose un historial clínico totalmente falso como que está coja, por una operación de cadera, nunca se ha roto un hueso, o que tiene graves problemas psicológicos que le impiden salir sola de casa.
Todo esto esta permitiendo una situación de Alienacion Parental (la niña no conoce a la familia paterna, por sus artimañas y encima lo usa de argumento). A día de hoy, tras más de cuatro años de procesos judiciales, la «justicia» está permitiendo y consintiendo las declaraciones falsas de la madre de mi hija y está privándole a la niña de su derecho a conocer a su padre y su familia paterna.
Debemos recordar que la Alienación Parental está reconocida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos: “vulneración al respeto de la vida privada y familiar que protege el art. 8 CEDH” – STEDH de 27 de septiembre, 2011, Caso Diamante y Pelliccioni, c, San Marino, párrafos 52,97,159″
Uno de los derechos de los niños es conocer a sus padres biológicos ¿dónde está el bienestar superior del niño? ¿Quién protege a los niños y sus derechos?
Nota: He interpuesto una queja contra la trabajadora social PMV en el Colegio de Trabajadores Sociales de Madrid por infringir varios artículos del código deontológico, por excederse en sus funciones y violar derechos fundamentales míos y de mi hija y a día de hoy dicho colegio ha hecho caso omiso a mi reclamación. Estoy al tanto de que dicha trabajadora social tiene más quejas contra ella y que al igual que la mía, el colegio de Trabajadores Sociales también ha ignorado. Es algo muy serio, porque esta mujer, además de infringir el código deontológico, ha podido incurrir presuntamente en varios delitos penales: Fraude de Ley, Falsedad Documental, Prevaricación Administrativa y posible Usurpación de Profesión, todo ello habiendo superiores que posiblemente estén al tanto de todo y no hayan denunciado a dicha mujer aun estando obligados a ello.
